El Problema
Análisis
de la Problemática sobre el Punto de Desembarco (Fragmentos)
Cuando se desarrolla una investigación con el objetivo de resolver un problema científico es lógico esperar que dicha incógnita tenga solución. El caso que se investiga: la derrota de las naves colombinas por las islas de Las Bahamas, las costas de Cuba y la Española, presenta ciertas particularidades. Lo peculiar y enrevesado de estas disquisiciones deriva de dificultades en las fuentes de datos primarios y secundarios, de posibles errores en el Diario de Navegación, de la imprecisión en mediciones y observaciones que dejó el Almirante y de que la información acopiada está sujeta a la interpretación, a veces cargada de subjetivismo, de cada pensador, sin descartar al autor de estas líneas.
Así, donde debíamos encontrar una solución, exacta y única, la conjugación de múltiples factores redundan en que los estudiosos presenten variadas y diversas respuestas. Como se conoce en la actualidad, tanto la identificación de la primera isla visitada por Colón en Las Bahamas, como su lugar de arribada en Cuba, presentan múltiples soluciones y alternativas, a pesar de existir, en algunos casos, cierto consenso o preferencia por determinada isla o punto de la costa de la Mayor de las Antillas.
En este sentido, aunque la tradición señala a la isla Watling (San Salvador) como el sitio del prístino desembarco, se han señalado otras posibilidades como la isla Samaná y Cayos Planas, entre otras hipótesis. Y en Cuba, si bien oficialmente se reconoce a la Bahía de Bariay como el San Salvador colombino, algunos autores, dentro y fuera del país, señalan a Puerto Padre como una opción de mejor validez, sin descartar a Gibara y otras bahías, por las que abogan diferentes investigadores.
Pero si nos atenemos estrictamente a la letra del Diario y realizamos un estudio de las costas cubanas, llegaríamos a una conclusión paradójica: Colón nunca desembarcó en Cuba.
En realidad lo que se desea destacar es que no existe ningún punto, bahía, puerto, ensenada, río, etc. en las riberas marítimas de nuestra isla que pueda corresponder exactamente a las descripciones del Journal.
Para corroborar la afirmación anterior echemos una sucinta ojeada a varios elementos que señala el Almirante en su Diario:
El día de llegada a San Salvador: “…entro en un río muy hermoso…tenía 12 brazas de fondo y era bien ancho para barloventear…”
En río de Mares: “…vido un río muy mas grande…en este río los navíos podían voltejear para entrar y para salir…”
Cuando Colón abandona San Salvador señala dos puntas:
Una punta le salía al Este a 10 leguas.
Otra punta al NO a 6 leguas.
Analicemos las dos primeras citas referidas a los posibles ríos donde fondearon los españoles.
Si observamos las costas cubanas, desde la bahía de Nipe a Puerto Padre, no existe río alguno con las características descritas en el Diario. Ningún río en la región presenta la peculiaridad de ser navegable y de tener la anchura señalada por Colón, (aún incluyendo a los más caudalosos en el extremo oriental del país, el río Toa, por ejemplo, jamás podrían las carabelas realizar maniobras para entrar y salir sin grandes peligros para la tripulación y los navíos). Es totalmente inadmisible que el Almirante tratará de penetrar en algún pequeño río cubano pues en ninguno de ellos podrían las naves “barloventear” o “voltejar para entrar y salir”.
Tampoco es creíble que los españoles penetraran en algún pequeño río teniendo a su disposición numerosas bahías y puertos donde buscar refugio. El Almirante no tenía apuro y fácilmente hubiera encontrado algún puerto donde resguardar sus naves siguiendo la costa cubana en cualquier dirección.
Además, era imposible que Colón fondeara directamente sus naves en un río antes de penetrar en algún puerto de la región, porque en el tramo costero fundamental y probable de desembarco, desde Samá a Puerto Padre, todos los ríos desembocan en el seno de alguna bahía, y por lo tanto el desembarco debió tener lugar en alguno de los puertos que abundan en ese litoral.
Los elementos restantes a analizar son las dos puntas descritas por Colón al salir de río de San Salvador.
La inmensa mayoría de los autores están de acuerdo con el hecho de que Colón empleaba una legua de 4 millas, porque lo refiere el Diario en muchísimas ocasiones.
A pesar de que la longitud de esta legua no se conoce con total certeza, la opinión de estos investigadores es que ella era equivalente a una distancia siempre mayor de 4500 metros, algunos han tomado el trecho de 5920 metros como la legua itálica o genovesa, otros algo menor. Estas cifras están fundamentadas y han sido extraídas de documentos fechados en los años anteriores y posteriores a los viajes colombinos, además, de suma importancia resulta que la travesía oceánica demuestra, sin lugar a dudas, la existencia de una legua de varios kilómetros de longitud.
Por lo tanto, la punta al Este señalada por Colón estaría a más de 45 kilómetros de San Salvador, posiblemente entre 50 y 60 kilómetros, y la punta al Noroeste se localizaría a más de 27 kilómetros de distancia, probablemente entre 30 y 36 kilómetros.
Si se observa un mapa de la costa Norte cubana, entre Samá y Puerto Padre, podremos comprobar que ninguna bahía posee las dos puntas que señala Colón, visibles a las distancias asentadas en el Diario. Elemento que pudimos comprobar desde el mar en un viaje de navegación.
Y de gran peso resulta el hecho o particularidad de que a distancias tan largas es imposible constatar cabos y salientes bajos, como lo es toda la ribera considerada en el estudio.
Las bahías que mejor se ajustan a lo referido en el Journal son Puerto Padre, Manatí y Bariay, que poseen puntas que se aproximan en cuanto a la dirección Este y Noroeste, pero que están muy cercanas para satisfacer las exigencias del Diario en cuanto a distancia se refiere.
Como se nota de este pequeño análisis, en el tramo de Samá a Puerto Padre no existen dos ríos como anota Colón para San Salvador y Río de Mares, ni tampoco desde ninguna bahía se observan puntas a la distancia de 6 y 10 leguas. Esto ha provocado diferentes interpretaciones y posturas de los científicos, como por ejemplo, leguas pequeñas, etc.
Entonces, como se dijo anteriormente, ningún accidente geográfico de la costa cubana cumple con total exactitud y en un 100% lo asentado en el Diario de Navegación.
Los estudios en Las Bahamas, de los cuales se han realizado muchísimos, reafirman lo anterior, ninguna derrota por estas islas está exenta de errores y dificultades, todas las teorías e hipótesis presentan puntos débiles.
Qué ha sucedido entonces, pues la mayoría de los autores destacan las aristas fuertes de sus hipótesis y minimizan, o incluso desechan, las pistas o anotaciones del Diario que contradicen sus ideas.
Por lo tanto, para establecer el correcto derrotero de Colón en su primer viaje por las Américas, no podemos asumir posturas similares a quienes desechaban una hipótesis cuando no cumple algún requerimiento del Journal, porque, como se analizó anteriormente, todas las bahías están expuesta a incongruencias cuando se comparan con la información del Diario de Navegación, lo correcto es verificar toda la información que nos dejó Colón y contrastar a todas las bahías del tramo de estudio, para ver cuál de ellas tiene mayor posibilidad de ser el San Salvador colombino.
Entonces, para declarar algún punto de nuestra geografía como el San Salvador más probable, no sólo debemos verificar que cumple con la mayoría de las afirmaciones que el Almirante plasmó en su Journal, también hay que analizar una por una a las demás bahías del tramo de estudio para comprobar que no se ajustan a la letra de Colón, comparadas con la asumida como el lugar del desembarco.
Problema
El problema puede enunciarse mediante una interrogante: ¿Cuál es la bahía que se ajusta mejor a la data del Diario? o ¿Cuál es el punto de las costas cubanas más probable para ser considerada San Salvador?
Hipótesis
La bahía que se ajusta mejor a la información del Diario es la de Puerto Padre. Es decir, el punto de las costas cubanas más probable para ser considerada San Salvador es Puerto Padre.
Objetivo
Determinar el punto de la costa cubana que mejor se ajusta a la data del Journal, el que posee mayor probabilidad de ser el sitio de desembarco, San Salvador.